El concepto surge de la inspiración de una profesión mexicana en riesgo de perderse, el Tlachiquero, quién está presente desde los tiempos prehispánicos en nuestro pueblo, eran los elegidos para ser parte del ritual de la extracción del aguamiel para convertirlo en mezcal, pulque o tequila, dichos elementos pertenecientes a la idiosincrasia mexicana. El Tlachiquero lleva consigo un utensilio antiquísimo, del cual fue inspirado la forma de nuestro producto. El acocote, un recipiente que nos otorgó la naturaleza, ya que puede succionar hasta 5 litros de la sangre del maguey.
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